verano, aunque en algunos lugares ambos se celebran al mismo tiempo, pudiendo tener también el nombre de Sobótka. Es un ritual de purificación y fertilidad relacionado con los elementos fuego y agua, por lo que, a la puesta de sol se enciende una hoguera y la gente se baña al aire libre; después cantan y bailan en torno a un poste hasta la medianoche; momento en el que, bajo la excusa de buscar flores de helecho (que, según la tradición, sólo florece en esta noche) las parejas se pierden por el bosque.
Kupala era la deidad eslava de las hierbas, la brujería, la fertilidad. Por lo tanto, su festividad es la noche perfecta para recoger hierbas medicinales. Según las viejas creencias, algunas de esas hierbas, puestas bajo la almohada, pueden producir sueños proféticos.