INICIACIÓN A LA ESPIRITUALIDAD ÁSATRÚ Y NEOPAGANA: Una Aproximación Multidisciplinar Fernando López de Prado López |
¿Por qué nos crearon los Dioses?
Las razones seguramente son muchas y nos estén vedadas en este momento de nuestro incipiente desarrollo científico y tecnológico. Una se nos presenta clara, nos crearon para que sigamos sus pasos y en un día no tan lejano, lleguemos a ser sus compañeros en la aventura de explorar y colonizar el Universo. El ásatrú siente interés por todas las formas de conocimiento y arte.
La ciencia, la tecnología y las humanidades nos permiten investigar quiénes somos y hacia dónde nos lleva nuestro espíritu. Para conocer a los Dioses debemos seguir su camino evolutivo que es el mismo que el nuestro, pues en nuestro ADN los Dioses codificaron muchos de sus genes. Así nos lo enseña la mitología, donde los grandes héroes alcanzan la condición de semidioses. Nuestros anhelos y pasiones son en este sentido divinos, como nos enseñaron los dramaturgos griegos.
Por lo tanto, el ásatrú que desee conocerse así mismo deberá investigar su naturaleza biológica y psíquica. Este estudio le llevará a interesarse por las matemáticas, las ciencias físicas, la psicología, la lingüística, el derecho... Al estudiar los fundamentos de la mecánica cuántica y de la teoría de la relatividad estamos reflexionando sobre cuestiones estudiadas por nuestros Dioses hace cientos de miles de años, las cuales han determinado su pensamiento y su psicología.
Al interiorizar una ecuación matemática, por elemental que sea, estamos rememorando el esfuerzo que hicieron los Dioses para llegar a ser lo que son. El saber científico y la naturaleza, con su infinita complejidad, son partes fundamentales de nuestra espiritualidad. Ningún saber es menor, todo nos interesa y todo lo deseamos comprender e interiorizar. Para nuestros Dioses el Cosmos es su hogar, un hogar duro e inhóspito en el cual han aprendido a vivir a base de miles de años de estudio y experimentación. Muy diferente es la posición del dios todopoderoso, el cual creó el Cosmos, manteniéndose independiente e insensible a su destino.