Contexto histórico
Durante el siglo XIII, Conrado I de Masovia había pedido la colaboración de los caballeros teutónicos, que debían obediencia únicamente al Papa, en su cruzada contra los prusianos paganos de Chelmno (en alemán Kulm). Durante años había realizado ataques e incursiones para someterlos y cristianizarlos, pero todos los intentos habían resultado infructuosos. A la orden se le encargó estabilizar el territorio situado entre Prusia y el Ducado de Masovia, para lo cual recibió del papa, mediante bulas de oro del emperador y un edicto papal, el territorio de Prusia.
La Orden de Dobrin, creada por Conrado, había recibido tierras cerca de Plock, pero debido a su escaso número había resultado inefectiva, por lo que fue fusionada con la Orden Teutónica por orden del papa. Emprendieron la expansión hacia las tierras del este y fundaron numerosas ciudades, incluyendo Chelmno, frente a la activa resistencia de los prusianos, que veían cómo sus territorios les eran arrebatados. Para impulsar su guerra contra la pagana Lituania y conseguir apoyo de otros países europeos, los teutónicos organizaron varias cruzadas. Para finales de los años 70 del siglo XIII ya habían sometido a las tribus prusianas y pudieron embarcarse en un proceso de colonización que daría a la zona un carácter germánico que duraría más de 600 años.
El 14 de agosto de 1385, las coronas de Polonia y Lituania se unificaron mediante la Unión de Kreva. Jaguelón (lt. Jogaila), gran duque de Lituania, aceptó ser bautizado como Ladislao (Wladislaw en polaco) y casarse con la monarca (no existía el título de reina) de Polonia Eduvigis, convirtiéndose en rey de Polonia con el nombre de Ladislao II de Polonia. El objetivo de la unión era reforzar ambos reinos frente al expansionismo alemán.
La conversión de Jaguelón al cristianismo dejó a los caballeros teutónicos -al menos en teoría- sin justificación para llamar a nuevas cruzadas en el este con la excusa de combatir a los paganos, pudiendo decirse que la Orden perdió su razón de ser. Sin embargo, esto no impidió a los caballeros invadir el nuevo Estado cristiano en 1398, aprovechándose de la inferioridad militar de los polacos y lituanos, que tuvieron que resignarse mientras esperaban a ser capaces de reconquistar lo perdido.
Los ejércitos enfrentados
Ejército polaco-lituano: el flanco izquierdo formado por los polacos estaba al mando de Ladislao y estaba compuesto fundamentalmente por caballería. El flanco derecho, el del ejército del gran duque, estaba a las órdenes de Vitautas el Grande y compuesto por caballería ligera, formada por banderas de casi todo el Gran Ducado, escaramuzadores tártaros lituanos al mando de Jalal ad-Din khan, caballería ligera moldava enviada por Alexandru cel Bun y serbios.A primera hora del 15 de julio de 1410 ambos ejércitos llegaron a los campos cerca de los pueblos de Grünwald, Tannenberg y Ludwigsdorf (Łodwigowo) y formaron uno frente a otro. Los polaco-lituanos se situaron frente a los pueblos de Ludwigsdorf y Tannenberg.
Ejército teutónico: fundamentalmente caballería pesada e infantería. Iban a recibir ayuda de tropas de la Europa occidental (llamados los "invitados de la Orden") que todavía estaban en camino, y de otros caballeros que habían sido convocados por una bula papal.
Ambos ejércitos se componían de "banderas". Cada bandera de caballería pesada estaba compuesta de unos 240 caballeros montados, más sus escuderos y asistentes. Cada bandera tenía su propio estandarte y luchaba independientemente. Las banderas lituanas eran normalmente algo más débiles y estaban compuestas de aproximadamente 180 soldados de caballería ligera. Se desconoce la estructura de las unidades a pie, como piqueros, arqueros, ballesteros, y de la artillería.Independientemente de dichas estimaciones, la mayor parte de los historiadores modernos tienen en consideración únicamente las unidades de caballería. Además de los 16.000 caballeros la Orden Teutónica desplegó unos 9.000 infantes, arqueros y ballesteros. Ambos ejércitos disponían también de grandes campamentos militares, tabores (vagones tirados por caballos para formar círculos de carros) y otras unidades que suponían sobre un 10% de su fuerza total.
El ejército de los caballeros teutones constaba de 51 banderas. Razin, citando estimaciones alemanas, considera que el ejército de la Orden estaba formado por 11.000 hombres, incluyendo unos 4.000 caballeros, algo menos de 3.000 escuderos y unos 4.000 ballesteros. El ejército teutón estaba equipado con bombardas que podían disparar proyectiles de piedra o de plomo.
Según Razin, el ejército aliado dispondría de unos 16.000-17.000 hombres, incluyendo unos 3.000 tártaros. Había un total de 91 banderas aliadas, 50 polacas y 41 lituanas, incluyendo algunas de territorios rusos y rutenos controlados por Polonia y Lituania, así como banderas de territorios independientes que se unieron a la alianza (como la bandera de Novgorod).
Aunque era menos numeroso, el ejército teutón era, en conjunto, superior en disciplina, entrenamiento y equipo. Si bien la caballería pesada polaca era un rival a tener en cuenta, la mayor parte del ejército polaco lituano estaba formado por levas de infantería y caballería ligera, que no podían competir contra el mucho más profesional ejército teutón de igual a igual.
Ambos bandos estaban compuestos de tropas provenientes de un gran número de países y territorios (en el lado teutónico había gentes de 22 diferentes pueblos, principalmente germánicos) y tenían entre sus filas a numerosos mercenarios procedentes de Europa occidental, el Sacro Imperio (incluyendo Alsacia, Lorena), Bohemia y Moravia) y Moldavia.
Desarrollo del combate
La falsa retirada, maniobra que los lituanos habían aprendido a su costa de los mongoles, había sido planeada de antemano y tuvo éxito, aunque con matices: la caballería pesada teutónica emprendió una persecución desorganizada contra los lituanos en retirada, entrando en los pantanos, pero pronto la retirada se convirtió en una desbandada, mencionando algunos autores que los lituanos no se detuvieron hasta llegar a su país. Lo cierto es que Vitautas logró detener a las tropas en fuga y reorganizar sus fuerzas para volver al combate, si bien ello llevó un tiempo en el que los polacos no pudieron contar con sus aliados.Ambos bandos se dispusieron para la batalla al amanecer. Debido a que los teutones estaban en inferioridad numérica, éstos habían levantado defensas frente a sus líneas. Los polacos no eran partidarios de atacar semejante posición fortificada y, debido a ello, ninguno de los ejércitos se decidía a dar el primer paso. Este estancamiento se rompió cuando los teutones enviaron a dos emisarios para retar a atacar a los polacos. Ladislao no podía negarse a aceptar el desafío y a mediodía las fuerzas del gran duque de Lituania iniciaron el ataque al flanco izquierdo del ejército teutónico cerca del pueblo de Tannenberg (Stębark) al tiempo que varias banderas polacas cargaban contra el flanco derecho. La caballería pesada de la Orden contraatacó en ambos flancos. Tras más de una hora de lucha la caballería lituana emprendió una retirada fingida hacia zonas de pantanos y los bosques. En el flanco derecho quedaron tras la retirada sólo tres banderas de Smolensko al mando de Lengvenis (Simon Lingwen), hijo de Algirdas y hermano de Jaguelón, y un primo de Vitautas, mientras que las otras dos eran apoyadas por la caballería polaca en reserva y atravesaban las líneas enemigas hasta llegar a las posiciones polacas.
La falsa retirada, maniobra que los lituanos habían aprendido a su costa de los mongoles, había sido planeada de antemano y tuvo éxito, aunque con matices: la caballería pesada teutónica emprendió una persecución desorganizada contra los lituanos en retirada, entrando en los pantanos, pero pronto la retirada se convirtió en una desbandada, mencionando algunos autores que los lituanos no se detuvieron hasta llegar a su país. Lo cierto es que Vitautas logró detener a las tropas en fuga y reorganizar sus fuerzas para volver al combate, si bien ello llevó un tiempo en el que los polacos no pudieron contar con sus aliados.Ambos bandos se dispusieron para la batalla al amanecer. Debido a que los teutones estaban en inferioridad numérica, éstos habían levantado defensas frente a sus líneas. Los polacos no eran partidarios de atacar semejante posición fortificada y, debido a ello, ninguno de los ejércitos se decidía a dar el primer paso. Este estancamiento se rompió cuando los teutones enviaron a dos emisarios para retar a atacar a los polacos. Ladislao no podía negarse a aceptar el desafío y a mediodía las fuerzas del gran duque de Lituania iniciaron el ataque al flanco izquierdo del ejército teutónico cerca del pueblo de Tannenberg (Stębark) al tiempo que varias banderas polacas cargaban contra el flanco derecho. La caballería pesada de la Orden contraatacó en ambos flancos. Tras más de una hora de lucha la caballería lituana emprendió una retirada fingida hacia zonas de pantanos y los bosques. En el flanco derecho quedaron tras la retirada sólo tres banderas de Smolensko al mando de Lengvenis (Simon Lingwen), hijo de Algirdas y hermano de Jaguelón, y un primo de Vitautas, mientras que las otras dos eran apoyadas por la caballería polaca en reserva y atravesaban las líneas enemigas hasta llegar a las posiciones polacas.
Simultáneamente la caballería pesada teutónica combatía contra los polacos. Tras varias horas de batalla los teutones empezaron a ganar ventaja. Según Ioannes Longinus el gran maestre en persona dirigió una carga contra la bandera de Cracovia (la unidad polaca más fuerte). Las filas polacas empezaron a perder cohesión y se perdió el estandarte (aunque fue recuperado al poco), por lo que Ladislao ordenó entrar en combate al grueso de sus reservas. La llegada de tropas de refresco permitió a los polacos rechazar el ataque enemigo, cuyas fuerzas se debilitaron, mientras que las reservas teutónicas habían sido empeñadas en la persecución de la caballería lituana.
Tras varias horas de combate Ulrich von Jungingen decidió reunir las tropas en la línea principal de batalla y se puso al frente del ataque con 16 banderas de caballería pesada que había mantenido en reserva. Ladislao, por su parte, lanzó al combate todas las reservas que le quedaban, así como varias unidades que habían sido empeñadas en la lucha previamente y se encontraban cansadas. Sin embargo, al poco tiempo Vitautas volvió al campo con sus fuerzas reorganizadas y se unió a la lucha, mientras que la infantería lituana salía de los bosques circundantes y se sumaba a los caballeros polacos. Para entonces la superioridad numérica de los aliados era abrumadora. Los teutónicos ofrecieron una gran resistencia, pero fueron rodeados y empezaron a sufrir graves pérdidas, entre las que se contaba el propio gran maestre.
Tras la muerte de su comandante, el resto de las tropas teutónicas empezó a retirarse. Parte se retiró a los bosques, siendo perseguidos por la caballería lituana y polaca, mientras que el resto se dirigió hacia su campamento, cerca del pueblo de Grünwald. Allí intentaron organizar la resistencia rodeando el campamento con carros unidos por cadenas (una forma de defensa móvil característica del este de Europa), pero las defensas fueron pronto rotas y el campamento fue asaltado y saqueado. La persecución de la caballería teutónica en retirada duró hasta el ocaso.
Consecuencias
Heinrich von Plauen el Viejo, nuevo gran maestre de la orden, se encontró con un desolador panorama: aunque había logrado evitar que los polaco-lituanos tomaran la capital y el ejército enemigo se había retirado, la orden había perdido a la mayor parte de sus caballeros, su ejército estaba formado por mercenarios mal pagados y, por ende, poco motivados, tenía que pagar el rescate de sus hermanos de armas prisioneros y varias de las ciudades hanseáticas se habían pasado al otro bando o se habían rebelado contra el dominio teutón. Ante esa perspectiva decidió terminar con el conflicto. Tras arrebatar Danzig a los rebeldes burgueses, se iniciaron las negociaciones de paz, en las que los teutones demostraron ser mucho más hábiles que sus enemigos. La paz de Torun, firmada en febrero de 1411, establecía que la orden tenía que ceder Dobrin a Polonia y renunciar a Samogitia mientras el rey viviera. Teniendo en cuenta lo aplastante que había sido su victoria, esta paz debe considerarse un fracaso para Polonia y Lituania: sus objetivos territoriales no se vieron cumplidos, y la orden teutónica no fue disuelta. Sin embargo, el alcance de la victoria fue más allá de los términos establecidos en la paz.
Heinrich von Plauen el Viejo, nuevo gran maestre de la orden, se encontró con un desolador panorama: aunque había logrado evitar que los polaco-lituanos tomaran la capital y el ejército enemigo se había retirado, la orden había perdido a la mayor parte de sus caballeros, su ejército estaba formado por mercenarios mal pagados y, por ende, poco motivados, tenía que pagar el rescate de sus hermanos de armas prisioneros y varias de las ciudades hanseáticas se habían pasado al otro bando o se habían rebelado contra el dominio teutón. Ante esa perspectiva decidió terminar con el conflicto. Tras arrebatar Danzig a los rebeldes burgueses, se iniciaron las negociaciones de paz, en las que los teutones demostraron ser mucho más hábiles que sus enemigos. La paz de Torun, firmada en febrero de 1411, establecía que la orden tenía que ceder Dobrin a Polonia y renunciar a Samogitia mientras el rey viviera. Teniendo en cuenta lo aplastante que había sido su victoria, esta paz debe considerarse un fracaso para Polonia y Lituania: sus objetivos territoriales no se vieron cumplidos, y la orden teutónica no fue disuelta. Sin embargo, el alcance de la victoria fue más allá de los términos establecidos en la paz.
La orden tuvo que pagar como rescate cinco toneladas de plata durante cada uno de los siguientes cuatro años, lo cual demostró ser más de lo que los teutones podían permitirse. Los territorios de la orden, carente de caballeros experimentados, tuvieron que ser defendidos por mercenarios, que drenaron todavía más las arcas teutónicas. La creciente presión impositiva sobre las ciudades bajo su dominio no tuvo como contrapartida un incremento de la representación popular ni en los órganos de gobierno ni en la capacidad de decisión o influencia en los mismos, y la reducción de su poder militar y la pérdida de prestigio no hicieron sino agudizar la crisis de la orden y el descontento entre sus súbditos. Con el tiempo ese descontento y nuevos conflictos con los polacos llevarían a la expulsión definitiva de la orden de territorio prusiano, territorio que pasaría a secularizarse para convertirse en el Ducado de Prusia, vasallo del rey de Polonia en 1525, culminando el proceso que había sido iniciado tras su derrota en Grunwald poco más de 100 años antes.
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