Noche de Kupala
En la noche de Kupala, bajo el cielo estrellado,
danzas de fuego y agua, en un rito sagrado.
Saltan sobre las llamas, con risas y abrazos,
la juventud y el amor, en sus corazones trazos.
Flores de helecho buscan, en el bosque encantado,
promesas de fortuna, en susurros del pasado.
Manos entrelazadas, en el río se sumergen,
purificación y sueños, en sus almas emergen.
Ruedan coronas de flores, flotan en la corriente,
deseos y esperanzas, en cada pétalo presente.
La magia de Kupala, en la noche se despliega,
unión de los elementos, en la tierra se reintegra.
Noche de misterio y vida, de amor y renovación,
en la fiesta de Kupala, late el corazón.
Kupala era la deidad eslava de las hierbas, la brujería, la fertilidad. Por lo tanto, su festividad es la noche perfecta para recoger hierbas medicinales. Según las viejas creencias, algunas de esas hierbas, puestas bajo la almohada, pueden producir sueños proféticos.
El Día de Ivan Kupala es la fiesta eslava que se celebra en las proximidades del solsticio de
verano, aunque en algunos lugares ambos se celebran al mismo tiempo, pudiendo tener también el nombre de Sobótka. Es un ritual de purificación y fertilidad relacionado con los elementos fuego y agua, por lo que, a la puesta de sol se enciende una hoguera y la gente se baña al aire libre; después cantan y bailan en torno a un poste hasta la medianoche; momento en el que, bajo la excusa de buscar flores de helecho (que, según la tradición, sólo florece en esta noche) las parejas se pierden por el bosque.
verano, aunque en algunos lugares ambos se celebran al mismo tiempo, pudiendo tener también el nombre de Sobótka. Es un ritual de purificación y fertilidad relacionado con los elementos fuego y agua, por lo que, a la puesta de sol se enciende una hoguera y la gente se baña al aire libre; después cantan y bailan en torno a un poste hasta la medianoche; momento en el que, bajo la excusa de buscar flores de helecho (que, según la tradición, sólo florece en esta noche) las parejas se pierden por el bosque.