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Este personaje suele ser descrito como un ser enorme de unos 4 metros de altura, cubierto de pelaje gris, algo muy parecido a otros seres similares de otras latitudes, como el yeti o el piesgrandes. Las leyendas más antiguas dicen que se trata de un ser del mundo feérico que se enamoró de una mortal llamada Oriana. Tras un primer encuentro, quedaron citados en la montaña Ben MacDhui, desde donde partirían hacia la costa para asentarse definitivamente en la isla de los Bienaventurados, donde serían jóvenes y felices para siempre. Pero el día del encuentro, Oriana quedó mortalmente herida por la flecha de un cazador, y mientras se desangraba, llamaba inútilmente a su amado, que esperaba en la montaña. Este finalmente bajó al valle y encontró a Oriana, que le contó, justo antes de morir, cómo el cazador que la había herido, huyó sin prestarle ninguna ayuda. Desde entonces Fear Liath Mor entra de vez en cuando en el mundo físico, acechando por los pasos montañosos la llegada de algún mortal para alimentarse de su sangre lentamente, observando cómo la vida se les escapa poco a poco, tal como ocurrió con su amada Oriana.
Este personaje está vinculado con esta montaña concreta. Ben Macdui, la segunda más alta de Escocia. Su cima habitualmente está envuelta en bruma y niebla, lo que la hace muy propicia para generar este tipo de leyendas, seguramente basadas en las percepciones que han tenido los lugareños de ese entorno a lo largo de los siglos.
Los primeros en dejar testimonio escrito sobre este personaje fueron los monjes irlandeses que llegaron a esta región en la Edad Media, mencionándolo como Wudeva,
Algunas personas que han tenido un encuentro en los últimos tiempos, sobre todo escaladores y montañeros, manifiestan haber quedado como envueltos en una sensación de miedo ante un gran peligro inminente que les impulsa de retirarse por donde han venido. Así ocurrió con el escalador Norman Collie, que en 1925 contó haber experimentado ese tipo de sensaciones. Su relato ocasionó que otros montañeros se atreviesen a contar sus propias experiencias.
Además de la leyenda, que nos muestra a un ser multidimensional, capaz de interactuar entre su mundo y el nuestro, hay teorías de todo tipo, mucho de ellas “racionalistas” para explicar lo que se sale de ese cuadradillo tan reducido de lo normal, como que quienes tienen esa experiencia lo hacen bajo los efectos de agotamiento o la hipoxia en condiciones climáticas muy frías, en cualquier caso, situaciones extremas que tal vez abran, como decía Huxley, las puertas de la percepción.
Quienes creen en las viejas leyendas de las highlands escocesas, ajenas a las teorías racionalistas, saben que, en caso de un encuentro fortuito con este ser, hay una manera de no sufrir sus iras, y es invitarlo a que cuente su triste historia de amor por Oriana.
Aquel que no esté dispuesto a escuchar su desdichada historia, literalmente experimentará su presencia como una fuerza que paraliza a las aves y silencia las aguas; después, escuchará una voz profunda, ancestral. El gigante sin edad solo pronunciará una frase, que también es un nombre, acaso lo último que todavía le pertenece. Am Fear Liath Mor /Yo soy el Gran Hombre Gris.
Lo que pase después… solo quienes lo han experimentado lo saben.