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Mortlakeby *Mitchellnolte |
Dee nació en Londres y mostró desde joven un intelecto prodigioso. Estudió en Cambridge, donde se destacó en matemáticas y astronomía. Sin embargo, su curiosidad no se limitó a las ciencias tradicionales; también se interesó por la alquimia, la astrología y la filosofía hermética, disciplinas que en el Renacimiento se consideraban complementarias a la ciencia.
Como consejero real, Dee jugó un papel crucial en la expansión marítima de Inglaterra, proporcionando cálculos astronómicos y asesoramiento astrológico que guiaron a navegantes como Francis Drake. Su biblioteca personal, una de las más grandes de Inglaterra en su tiempo, era un tesoro de conocimientos antiguos y modernos, lo que lo convirtió en un punto de referencia para eruditos de toda Europa.
La Faceta mística de John Dee
A pesar de sus contribuciones a la ciencia, es la faceta mística y esotérica de Dee la que ha capturado la imaginación de generaciones. Profundamente influenciado por la filosofía hermética y las enseñanzas de figuras como Cornelius Agrippa y Paracelso, Dee creía que el conocimiento verdadero requería una síntesis de la ciencia y la magia.
La magia angélica: Uno de los aspectos más célebres de la vida mística de Dee es su supuesta comunicación con ángeles. En la década de 1580, Dee comenzó a trabajar con Edward Kelley, un médium con quien intentó contactar con seres celestiales para obtener conocimientos divinos. Utilizando un cristal y una tabla especial llamada "tabla de Enoch", Kelley supuestamente recibía mensajes de los ángeles en un lenguaje desconocido, que Dee denominó "enoquiano". Este lenguaje, según creían, era la lengua primordial de la humanidad, hablada por Adán antes de la caída.
La búsqueda del conocimiento divino: Dee no veía estas prácticas como simples actos de magia, sino como una búsqueda del conocimiento absoluto, un intento de desvelar los misterios del universo y acercarse a Dios. Su convicción era que, a través de la magia angélica y la alquimia, podía comprender los secretos de la creación y utilizar este conocimiento para el bien de la humanidad. En este sentido, su trabajo se alineaba con la tradición hermética, que sostenía que el hombre podía alcanzar la divinidad a través del conocimiento.
El Monas Hieroglyphica: En 1564, Dee publicó uno de sus trabajos más esotéricos, Monas Hieroglyphica, un tratado alquímico y místico en el que presentaba un símbolo que, según él, resumía toda la estructura del universo. Este símbolo combinaba elementos astrológicos y alquímicos y reflejaba su creencia en la unidad esencial de toda la creación. Aunque el significado exacto del Monas sigue siendo objeto de debate, este trabajo es una muestra clara de la profunda interconexión que Dee percibía entre la ciencia, la religión y la magia.
El rol de consejero esotérico: Aunque Dee fue un científico respetado, su reputación como mago y astrólogo también le valió la desconfianza y la sospecha de algunos contemporáneos. Aun así, continuó siendo un influyente consejero de la reina Isabel, quien lo consultaba sobre asuntos que iban desde la política hasta la astrología. Algunos historiadores creen que su influencia esotérica llegó a jugar un papel en la formulación de la ideología imperial de Inglaterra, sugiriendo que la expansión del imperio británico tenía un respaldo divino.
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Golden Dreamsby ~strawbear-ry |
El legado de John Dee
Al final de su vida, Dee cayó en desgracia, enfrentando la ruina financiera y el desprestigio social. Sin embargo, su legado perduró, influyendo en la tradición esotérica occidental y en el desarrollo de la ciencia. La figura de Dee sigue fascinando, en parte por su habilidad para habitar en dos mundos: el de la razón científica y el de la magia mística.
Hoy en día, Dee es considerado un precursor tanto del pensamiento científico moderno como de la magia ceremonial contemporánea. Su vida y obra son un recordatorio de que el Renacimiento fue una época en la que la búsqueda del conocimiento no conocía límites, y donde la ciencia y el esoterismo podían coexistir en una única y apasionada búsqueda de la verdad.
- El espéculo o espejo de Dee (un objeto de culto azteca de obsidiana con forma de espejo de mano, traído a Europa a finales de la década de 1520), que una vez perteneció a Horace Walpole.
- Los pequeños sellos utilizados para soportar las patas de la "mesa de práctica" de Dee (mesa en la que se realizaba la visión).
- El voluminoso, elaboradamente decorado "Sello de Dios" de cera, usado para soportar la "piedra que muestra", la bola de cristal utilizada para la visión.
- Un amuleto de oro grabado con una representación de una de las visiones de Kelly.
- Un globo de cristal, de seis centímetros de diámetro. Este artículo permaneció inadvertido durante muchos años en la colección mineral; posiblemente perteneció a Dee, pero la procedencia de este objeto es menos certera que la de los otros.
