mayo 25, 2015

Dioses de la Guerra

En las culturas antiguas, los dioses de la guerra ocupaban un lugar central en la cosmovisión y en la vida cotidiana de las sociedades. Estos deidades no solo personificaban el conflicto y la batalla, sino que también representaban valores, virtudes y aspectos cruciales para la supervivencia y la prosperidad de las comunidades. 

Ares (Grecia)


Alaisiagae (Germania)
Anann, Anu (Celtas - Irlanda)
Anat (Semítico)
Andraste (Anglo-celta)
Ankt (Asia Menor - Egipto)
Ares (Grecia)
Ares Enyalius (Grecia - Esparta)
Astarté (Semítica)
Athena (Grecia)
Badb (Celta irlandesa)
Bast (Egipto)
Beda (Romano-británica)
Belatu-Cadros (Céltica británica)
Bellona (Romana)
Bishamonten (Japón - Budista)
Boudihillia (Céltica británica)
Brigantia (Galo-Romana, Británica)
Brigid (Irlanda)
Bugid Y Aiba (Haití)
Camulus (Celta)
Cariocecus (Celta - Lusitania)
Catubodua (Celta - Galia)
Chi You (China y Corea)
Cocidius (Celta - Britania)
Durga (Hindú)
Ekchuah (Maya)
Enyo (Grecia)
Esus (Celtas - Galia)
Fraid (Celta - Gales)
Hachiman (Japón - Shinto)
Hadúr (Hungría)
Hanuman (Hindú)
Honos (Roma)
Huitzilopochtli (Azteca)
Ictinike (Lakota)
Indra (Hindú)
Kali (Hindú)
Kukailimoku (Hawai)
Laran (Etrusca)
Maahes (Nubia y Egipto)

Macha (Celta - Irlanda)
Mandarangan (Filipinas)
Marte (Roma)
Menhit (Nubia y Egipto)
Menrva (Etrusca)
Menthu (Egipto)
Mextli (Azteca)
Murugan (Hindú)
Mórrígan (Celta - Irlanda)
Neit (Celta - Irlanda)
Neith (Egipto)
Nemain (Celta - Irlanda)
Nike (Grecia)
Odín (Nórdicos)
Ogoun (Yoruba - Haiti)
Oro (Polinesia)
Perun (Eslavos)
Pikullos (Prusia)
Resheph (Mesopotamia, Caldea, Fenicia y Egipto)
Ricagumbeda (Celtas)
Rudianos (Celtas - Galia)
Samulayo (Polinesia - Fiji)
Satis (Egipto)
Segomo (Celta - Galia)
Sekhmet (Egipto)
Set (Egipto)
Smertios (Celta - Galia)
Sopdu (Egipto)
Takemikazuchi (Japón - Shinto)
Tanit (Fenicia y Egipto)
Teoyaomicqui (Azteca)
Tezcatlipoca (Azteca)
Thor (Nórdicos - germanos)
Tumatauenga (Maori)
Trebaruna (Celtas - Lusitania)
Tyr (Germanos y Nórdicos)
Vacuna (Roma)
Victoria (Roma)
Wotan/Woden (Germanos, Sajones)
Zhanshen (China)



Grecia: Ares y Atenea

En la mitología griega, Ares era el dios de la guerra, conocido por su naturaleza feroz y destructiva. Hijo de Zeus y Hera, Ares representaba el aspecto caótico y violento del conflicto. Aunque no era muy popular entre los dioses del Olimpo, los griegos reconocían su influencia en el campo de batalla. Los guerreros invocaban a Ares para obtener fuerza y valentía en combate.

En contraste con Ares, Atenea era la diosa de la guerra estratégica y la sabiduría. También hija de Zeus, Atenea personificaba la guerra justa y la defensa de la ciudad-estado. Era venerada como protectora de Atenas y símbolo de la justicia y la habilidad táctica. Su dualidad de diosa de la guerra y la sabiduría reflejaba la importancia de la estrategia y la inteligencia en la victoria.

Roma: Marte

En la mitología romana, Marte era el dios de la guerra y uno de los dioses más importantes del panteón. Originalmente una deidad agrícola, Marte evolucionó para convertirse en el protector de Roma y sus legiones. Como padre de Rómulo y Remo, los fundadores de Roma, Marte tenía una conexión directa con los orígenes de la ciudad. Los romanos celebraban numerosas fiestas y rituales en su honor, buscando su favor para el éxito militar y la expansión del Imperio.

Egipto: Mentu y Sekhmet

Montu era el dios egipcio de la guerra, representado como un halcón o un hombre con cabeza de halcón. Asociado con el poder del sol y el vigor del combate, Montu era invocado por los faraones antes de las batallas para asegurar la victoria. Su culto estaba centrado en la ciudad de Tebas, y se creía que él guiaba a los faraones en sus campañas militares.

Sekhmet, la diosa leona, era también una poderosa deidad de la guerra y la destrucción. Representaba la ira del sol y la fuerza destructiva del conflicto. Sin embargo, también tenía un aspecto curativo, y se creía que podía traer la paz y la sanación después de la batalla. Su dualidad como destructora y sanadora reflejaba el ciclo de guerra y restauración.

Nórdicos: Odín y Thor

En la mitología nórdica, Odín era el principal dios de la guerra, la sabiduría y la muerte. Los guerreros vikingos veneraban a Odín, esperando ser llevados al Valhalla, el salón de los caídos, donde los valientes muertos se preparaban para la batalla final en el Ragnarök. Odín personificaba la búsqueda del conocimiento y la fuerza en el combate.

Thor, el dios del trueno, también tenía un papel significativo como deidad de la guerra. Armado con su poderoso martillo Mjölnir, Thor protegía a los dioses y a los humanos de los gigantes y otros enemigos. Representaba la fuerza bruta y la protección, y era muy popular entre los guerreros vikingos.

Mesopotamia: Ninurta

En la antigua Mesopotamia, Ninurta era un dios de la guerra y la caza. Representado como un guerrero armado con arco y flechas, Ninurta era visto como un protector de la civilización y un vencedor de demonios y monstruos. Sus hazañas eran celebradas en himnos y mitos, y su culto reflejaba la importancia de la fuerza y la protección divina en tiempos de guerra.

 La Influencia de los Dioses de la Guerra

Los dioses de la guerra desempeñaban varios roles cruciales en las culturas antiguas:

1. Protección y victoria: Eran invocados para asegurar la protección en la batalla y la victoria sobre los enemigos. Los guerreros y líderes buscaban su favor antes de las campañas militares.

2. Legitimidad y poder: La conexión con un dios de la guerra a menudo legitimaba el poder de los gobernantes y los estados. La victoria en batalla era vista como una señal del favor divino.

3. Valores y virtudes: Estos dioses personificaban valores como el coraje, la fuerza, la justicia y la sabiduría, que eran esenciales para la cohesión social y la moral de la comunidad.

4. Rituales y fiestas: Las ceremonias y rituales en honor a los dioses de la guerra eran comunes, reforzando la importancia de estos dioses en la vida diaria y en la identidad cultural.

Conclusión

Los dioses de la guerra en las culturas antiguas no solo simbolizaban el conflicto y la batalla, sino que también eran portadores de valores fundamentales y protectores de las sociedades. Su influencia se extendía más allá del campo de batalla, afectando la política, la religión y la vida cotidiana. Al comprender el papel de estos dioses, podemos apreciar mejor la riqueza y la complejidad de las antiguas civilizaciones y sus creencias.

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